Adrián Rivero

WordPress Developer

Creativo Digital

Crecimiento Orgánico en Redes

Gestión de Comunidades Digitales

Adrián Rivero

WordPress Developer

Creativo Digital

Crecimiento Orgánico en Redes

Gestión de Comunidades Digitales

Blog Post

Reinventarse a los 40: mi camino de vendedor a profesional del marketing digital y el desarrollo web en Uruguay

A veces pienso que a los 40 lo más lógico sería aferrarse a lo seguro. Cuidar ese trabajo fijo que uno tiene, aunque no lo haga feliz, aunque el sueldo no alcance, aunque cada día parezca igual al anterior. Porque eso es lo que se espera de nosotros: conformarnos, bajar la cabeza y esperar que pasen los años.

Pero yo empecé a sentir que no quería eso para mí. Y por eso hoy escribo estas palabras, como una especie de carta abierta, porque sé que no soy el único que está atravesando este momento de replantearse la vida, de preguntarse si todavía es posible cambiar el rumbo.

Yo trabajé toda mi vida en la actividad privada. Desde los 18 años fui vendedor, trabajé en comercio, atención al cliente, siempre en lo mismo. Y aunque aprendí mucho, nunca me sentí completo. Siempre tuve otra faceta que tiraba fuerte dentro mío: la artística y creativa. Desde chico estudié música, componía canciones, jugué con lo audiovisual. De grande incluso hice una tecnicatura en UTU, pero nunca lo viví como un trabajo, sino como un refugio. El arte para mí siempre fue eso: un lugar donde me sentía libre, pero que nunca me devolvió nada en lo económico.

Mi historia, es la de muchos laburantes en Uruguay.

El clic que me cambió la cabeza

Llegó un punto en el que me detuve y me pregunté: ¿quiero pasar los próximos 20 años trabajando en algo que no me llena?

La respuesta fue rápida: no.

Ese clic me hizo volver a mirar atrás y recordar otra pasión que había tenido siempre: el diseño y desarrollo web. Allá por fines de los 90, cuando hacía páginas con Dreamweaver y Flash, cuando internet era otra cosa. Después vino WordPress, que al principio era solo para blogs, y más tarde lo usé para hacer sitios para mis bandas, para amigos, para negocios familiares. Nunca lo hice como una carrera, siempre de manera autodidacta, con libros, con consejos de conocidos, después con tutoriales de YouTube.

Hoy todo eso volvió con fuerza. Sentí la necesidad de darle forma, de capacitarme en serio, de buscar certificaciones, de estudiar más allá de lo que ya sabía. Me metí de lleno en cursos de WordPress Developer, marketing digital, community management y traffic management. Muchas cosas ya las dominaba, pero necesitaba darle un marco, ordenarlas, validarlas. Y descubrí que estudiar a los 40 es duro, pero también es increíble.

Estudiar de grande

No voy a mentir: estudiar después de los 40 cuesta. Tenés otras responsabilidades, menos energía que a los 20, la cabeza a mil. Pero también tiene algo hermoso: lo hacés con otra claridad, con otro enfoque. Yo estudié porque realmente quería, porque sentía que me estaba jugando mi futuro, no por obligación.

Y en ese camino confirmé algo: me apasiona lo digital. Me encanta diseñar sitios, pensar identidades visuales, elegir paleta de colores, armar marcas. Me fascina crear estrategias para redes, ver cómo un negocio puede crecer si le das las herramientas correctas. Y lo mejor es que todo eso que aprendo, lo aplico inmediatamente, porque las oportunidades están ahí, a la vuelta de la esquina.

Desarrollar nuevas habilidades después de los 40.

¿Emprender a los 40? Sí, aunque dé miedo

Sé que mucha gente piensa que a esta edad lo mejor es no arriesgar. Que es una locura dejar un trabajo fijo, aunque no te guste. Pero yo creo que justamente ahí está la necesidad: ¿de qué sirve la seguridad si no te hace feliz?

Emprender da miedo, claro. Pero más miedo me da quedarme 20 años más en un lugar que no me llena, cobrando un sueldo que no alcanza, sintiendo que todo lo creativo en mí se muere lentamente.

Prefiero arriesgarme. Prefiero poner mis conocimientos y mis ganas al servicio de los emprendedores, de los negocios que también están buscando crecer. Porque ahí hay un punto en común: ellos quieren vender, quieren posicionarse, quieren crecer. Y yo también quiero crecer. Ahí hay un feedback que me motiva mucho: poner mi creatividad y mis conocimientos al servicio de otros que también se la están jugando.

¿Y ahora que?

Hoy vivo una transición. Todavía sigo en un empleo fijo, pero mi mente ya está en otro lugar.

Estoy construyendo mi sitio personal, armando mi portfolio poco a poco, creando este blog como un espacio donde compartir lo que sé, lo que aprendo y compartir contenido de valor.

Y me ilusiona pensar que lo que hoy es un proyecto puede convertirse mañana en mi camino definitivo. Sé que el mundo digital no se queda quieto, que lo que hoy sirve mañana queda viejo, y eso me encanta. Porque me obliga a estar despierto, a investigar, a adaptarme. Y eso me mantiene vivo.

Si estás en la misma:

Si llegaste hasta acá y sentís que algo de lo que digo te resuena, quiero dejarte este mensaje: nunca es tarde para reinventarse. Nunca es tarde para estudiar, para arriesgarse, para empezar de nuevo.

Yo lo estoy haciendo. Con miedo, sí. Con dudas, también. Pero con la certeza de que no quiero resignar mis próximos años a algo que no me hace feliz.

Reinventarse a los 40 no es una locura. Es una decisión de vida. Y si vos también estás en ese camino, me encantaría leer tu historia, porque sé que no estoy solo en esto.